domingo, 28 de octubre de 2007

Hasta el diablo fue un ángel

La inexperta niña se encontraba pensando en que hacer con ese algo que no la dejaba ni respirar. Caminar en círculos por la habitación no liberaron las ideas de su mente. Pero, mágicamente, se dio cuenta de la respuesta. Ser feliz era lo que ella quería para él y eso sólo lo conseguiría haciédose a un lado. Esa noche ella lloró de alegría e impotencia, haría algo hermoso y terrible a la vez. Se sentía vacía y tan sola como nunca antes lo había estado. ¿Por qué? era todo lo que ella decía, era la pregunta que retumbaba su ser, ¿por qué algo tan bello nace si tendrá que morir? o lo que es peor... ¿tendrá que ser asesinado?... es algo cruel, pero a la vez es vital para él, porque sólo en él piensa aquella jóven, sólo en su felicidad. Sin mí él estará bien, pero conmigo sólo yo feliz seré; entonces no hay nada más que hacer... decir adiós es lo único. Sin embargo, sólo el sí de él podrá hacer que ella desista, y creo que eso es realmente imposible... al menos es lo que ella piensa. Esa verdad, que tal vez no exista, podrá ser la salvación... de lo contrario todo está dicho ya... si él no quiere que ella se aleje ella no lo hará... pero ¿por qué ella hace todo esto? eso ni ella lo sabe. En fin... solo sabe por él que hasta el diablo fue un ángel.

2 comentarios:

Luis Lam dijo...

Hay veces en que uno decide alejarse, diciéndose a si mismo que es lo mejor. Pero ¿en verdad es así? Puede que no. Puede que ese acto de nobleza sea solo una máscara para el miedo al rechazo. Nadie lo sabe. Yo solo sé que el tiempo se acaba y que las dudas nunca se irán. Tal vez es hora de dejar las dudas, porque la vida es corta y uno simplemente no puede darse el lujo de tener miedo.

Dean dijo...

yo creo que amar a una persona es simplemente, como tú lo dijiste, desear su felicidad, no importa si es lejos o cerca de nosotros, su felicidad es nuestra felicidad y punto.