miércoles, 30 de septiembre de 2009

Setiembre sin mi

Hoy fue un día estresante, parecido a todos los días de este año. ¡Qué mal año! Eso fue pesimista, lo sé... pero en general hasta ahora fue un mal año. Quiero renunciar a todo de una vez, desaparecer al menos un instante, esfumarme como el humo de los cada vez más cigarros que me fumo y ¡ya! desaparecer simplemente.
Leo lo escrito arriba y parezco una maniacodepresiva total, lamentablemente así me siento: desequilibrada mental.
Cambios cambios y más cambios: no los percibo en el momento, pero ojo: dañan.
Tampoco sé si amo. Me sigo leyendo... y a pesar de que quiero, no logro reconocerme. Los cambios han calado en mi, ya no soy la misma de antes. Fue un mal año, ya lo dije. Lo curioso es que de ni eso puedo estar segura, todo depende de con quién hable y a quiénes recuerde. Manipulada y complaciente, lo sé. Auto-maltrato, sí, pues tirarse al abandono es una forma de agresión. Algo me queda de las clases que jamás atiendo por crear fantasías en mi cabeza.
Huyo, también, tal vez de mí misma, de mis miedos, de mi... ¿inmadurez? quién sabe... al menos yo no. Y sí, últimamente no sé nada, obvio que de historia y Silvio sigo sabiendo: me refiero a lo otro, a lo parecido al Aleph de Borges. Misterio: ¿digievolucioné? no... fui Agumón y se me agotó la energía: me quedé como Koromón: frágil y tierna (sí, es posible omitir eso último), ah y sin el pata este que lo cuidaba, algo así como el Ash de Pikachu.
Por eso fue un mal año: involución, desmotivación, complacencia. De repente me hallo perdida en ese Aleph, en algún Macondo lejano y sólo pretendo ser una Yolanda, cuando soy nada más que una Judith que no cuidó bien sus estrellas.
Tristeza, impotencia, rabia: títere.
Terminaré diciendo que, como ya deben saber porque son seres pensantes cómo yo, no sé quién rayos soy ahora, ¿sigo siendo yo? ¿en verdad he cambiado? ¿Perdí mi "toque"? Ojalá me encuentre jugando a las escondidas: me escondí y nadie me encuentra o tal vez corrí tanto que me perdí. Es lo más probable.