sábado, 26 de julio de 2008

Ya no

Estoy aquí, sola, sentada en el paradero de la universidad esperando a la nada. Y es que decidí salir. Una vez un viejo amigo me dijo que debía salir a caminar sola, pues no siempre iba a tener a alguien al lado. Hoy lo comprobé. Gané tanto... fumé demasiado, pero con cada paso que daba me sentía más viva, más fuerte, más yo. He recobrado a mi verdadero yo, mas bien, lo he despertado... un viejo fantasma lo durmió, intentó cambiarlo. Me atrevo a decir que, sí, lo cambió, me cambió. Cada duda me hería tanto... cada beso, cada carcajada... Ibamos escondidos bajo la sombra de la luna y tras las miradas acusadoras de los personajes de esa novela real-maravillosa.

Hoy, al botar el humo del cigarro, se iba con él tu recuerdo... se borraban las cicatricez de las heridas que ocasionaste, cellaste y reabriste. Sí, me he curado. Ya no tengo tanto miedo como antes... no estoy a la espectativa de un golpe bajo, ya no. Decidí sonreir, ser la misma de antes.... la misma de siempre... aquella que sonreía sin motivo.. esa yo que conociste y casi destruyes.

Por otro lado, tú, aquel que me devolvió a la vida, no temas más. Ahora seré yo y estaré en cuerpo y alma para tí, siempre. He logrado al fin liberarme de las cadenas del miedo... he pensado tanto en los momentos equivocados que.... no sé... las comparaciones de mi cabeza eran absurdas. Ya no más. Adiós a lo que me atormentaba, adiós y para siempre.

sábado, 5 de julio de 2008

Momentos: La Respuesta

Se alejó triunfante, pues mejor mano no pudo haberle dado la fortuna.
Y mientras se alejaba razonó
Que hay momentos en la vida, que la marcan, la definen y la nombran
En ese momento volteó y vió el divan vacío
Hay momentos en la vida como estos que nos marcan
Pensó…
Solitariamente
Busque mi encendedor en el bolsillo
Fallo del destino, el objeto ha sido extraviado

Demonios

La proxima vez que busques fuego

No podré encender tu cigarro

Calló una lagrima y él se alejo solo en la noche

Como luciérnaga que ha perdido la razon de vida.

** Una respuesta que amablemente Pedro dió al post anterior**

viernes, 4 de julio de 2008

Agradable conversación

He recordado la primera noche en que nos vimos. Estabas ahí, solo, para variar, con un cigarro caro, de esos importados. Olía a canela... inconfundible aroma. Me acerqué a pedirte fuego, me lo diste sin mirarme a la cara, tan desfachatado y a la vez educado como solías ser. Al menos me prendiste el cigarro y, bueno, me senté a tu lado con la excusa de que ese cenicero era el único en la sala. Me preguntaste el tipo de shampoo que utilizaba, gran pregunta. Atiné a decirte, realmente sorprendida, que era uno especial, para mi tipo de cabello. Respondiste un "con razón lo tienes tan lindo" que me paralizó, solo parcialmente, claro. Tu dosis de coquetería era deprimente, sabes? Pero no me importaba. Tus ojos inexpresivos me daban todo lo que quería vivir esa noche. De repente, me diste algo más que una mirada timidamente desdeñosa: un papel con 6 números en él. Que original. De pronto, un "llamame si necesitas fuego" se escuchó mientras te alejabas. Debajo del número estaba tu nombre. En ese momento, me paralizaste por completo. Y sí, lograste emocionar hasta el último de mis cabellos.
Tu mirada está a mi lado ahora, la vivo día a día, tal vez tus ojos no están tan vivos como antes, pero su esencia no ha cambiado. Sé que me aman, así como tú lo haces, verdad? Ja, que osadía preguntártelo, no en vano me has acompañado tanto tiempo, amor.