jueves, 1 de noviembre de 2012

Reencuentro

A grandes rasgos, la psicología (disciplina que practico hace ya 4 años) afirma, fehacientemente, que cuando una etapa de la "vida" llega a su fin, comienza un inevitable tiempo de duelo. Etapa de la "vida", así, entre comillas, pues esto puede entenderse de manera literal: de niño a adolescente, de adolescente a adulto, de adulto a anciano, la cercanía a la muerte, entre otros; o puede, también, comprenderse como un heurístico representativo, ante situaciones diversas y cotidianas. 
Tiempo de duelo: tiempo de dolor, de un dolor evolutivo que conlleva a la adaptación, a adaptarse a estar sin ese algo, sin ese alguien, sin ese qué, sin aquel por qué. 
Pensar, pensar, pensar otra vez. Llorar, reír: sentir. ¿Cómo actuar? Muchas preguntas surgen y, a su vez, aflora más y más una terrible incertidumbre acompañada por sentimientos encontrados y asociados a ese hecho que produce ese dolor, ese duelo. 
El ser humano es un ser complejo, pero sin mucho ni poco. Con muchas razones, vivencias, sentires, pero de escasos errores, tipológicamente, claro está. 
Obviamente, el duelo que describo es heurístico. Evidentemente, me encuentro de duelo. En mi duelo heurístico. Me gusta llamarlo así, lo creo bastante apropiado.
Este mismo hecho me ha reinvitado a escribir. He sentido, nuevamente, ese impulso especial y cálido, esa energía mística que, en muchas ocasiones, solo la melancolía me brinda. Ha regresado esta sutil forma de sublimar mis tan profundos sentimientos, aquellos que se presentan ante mi cuando me leo.
Es difícil sincerarse. Mas aún, para mí, es difícil descubrir mis más profundos deseos y explicar mis más extraños pensamientos. Con el tiempo, todo esto se complejiza de manera exorbitante y hasta caótica. "Todo esto", todo lo que soy, lo quiero compartir así, escribiendo. De esta manera, pretendo entenderme y acabar con este duelo permanente que a veces me persigue como una sombra poltergeist. 
Que este duelo me sirva para encontrar a ese ser que escribe, a aquel ser humano detrás de estas líneas un tanto confusas. Que termine el duelo, que se inicie una nueva etapa.