domingo, 28 de octubre de 2007

Hasta el diablo fue un ángel

La inexperta niña se encontraba pensando en que hacer con ese algo que no la dejaba ni respirar. Caminar en círculos por la habitación no liberaron las ideas de su mente. Pero, mágicamente, se dio cuenta de la respuesta. Ser feliz era lo que ella quería para él y eso sólo lo conseguiría haciédose a un lado. Esa noche ella lloró de alegría e impotencia, haría algo hermoso y terrible a la vez. Se sentía vacía y tan sola como nunca antes lo había estado. ¿Por qué? era todo lo que ella decía, era la pregunta que retumbaba su ser, ¿por qué algo tan bello nace si tendrá que morir? o lo que es peor... ¿tendrá que ser asesinado?... es algo cruel, pero a la vez es vital para él, porque sólo en él piensa aquella jóven, sólo en su felicidad. Sin mí él estará bien, pero conmigo sólo yo feliz seré; entonces no hay nada más que hacer... decir adiós es lo único. Sin embargo, sólo el sí de él podrá hacer que ella desista, y creo que eso es realmente imposible... al menos es lo que ella piensa. Esa verdad, que tal vez no exista, podrá ser la salvación... de lo contrario todo está dicho ya... si él no quiere que ella se aleje ella no lo hará... pero ¿por qué ella hace todo esto? eso ni ella lo sabe. En fin... solo sabe por él que hasta el diablo fue un ángel.

martes, 23 de octubre de 2007

No todo... aún hay algo

No todo se puede realizar
no toda meta se cumple
no todas las verdades salen a la luz
no todas las personas dicen la verdad
no todos los seres habitan en el mar
no todas las estrellas se pueden encontrar
no todos los besos se pueden sentir
no todas las caricias se hacen con amor
no todas las estatuas se pueden mover
no todas las ciudades se esconden
no todos los corazones laten a la vez
no todos los cielos son iguales
no todas las montañas son verdes
no todas las voces son agudas
no todo el universo es infinito
no todo riesgo es desperdiciado
no toda idea está dormida
no todo sueño está deshecho
no toda esperanza está perdida.

domingo, 21 de octubre de 2007

El Percance está a mi alcance una vez más...

El día fue primaveral, la noche estubo algo húmeda. En general fue uno de los mejores días. Lo vi!, vi al percance a mi alcance una vez más!
Estaba en mi hombro, tan cerca de mí, tan lejos de la verdad... pero estubo allí!
Tal vez sea solo fue mi parecer cegado por la costumbre, pero así haya sido una visión, lo que sintió mi corazón fue el percance, era el percance que estaba a mi alcance una vez más.
Quizás fue solo cariño, aprecio, una mentira disfrazada de aceptación, pero lo vi, lo juro!, era el percance... juro que... que... no miento! ¡Era él, era él otra vez!
Manojo de nervios, emoción del momento, deseo de ambos por aquella promesa; a pesar de que sólo yo fui, igual lo vi! Sí, vi al percance, esta vez no a mi alcance, pero de azul lo vi, una vez más.
El cigarro fue testigo, el humo se llevó mis penas. ¡Ay como te envidio humo! Pudiste tocar la promesa, te acercaste tácita, como siempre, y llevaste contigo mis deseos y miedos.
¡Sí!, ahora estoy segura, el percance está a mi alcance una vez más. Lo sé porque cumplí sola con la promesa, el humo fue testigo y el atardecer nuestro cómplice.
Insisto, aquella tarde recordé que vi al percance a mi alcance una vez más.