Un título salido de la mismísima y exclusiva nada. Los baños de agua caliente relajan bastante, sobre todo en las noches más oscuras, sin luna y sin estrellas visibles. Sentada esperando ese mensaje de texto: esperé en vano, pues a pesar de que llegó, las palabras no eran las que yo deseaba leer. Esa gran amiga tácita te decía que deberías empezar por entenderte, mientras comían ansiosamente en aquel restaurant de buena muerte de tu barrio de siempre. Es que tú, yo... ¿podrá existir un nosotros alguna vez?... Otra vez el silencio incomodo que te grita una respuesta sórdida. Estoy harta. He visto otra vez ese colectivo que me recuerda a tí, aunque esta vez no intente desesperadamente subirme en él. Tal vez lo pensé, te pensé... de nuevo. Y es que pensar no le hace daño a nadie. Te vi y contigo vi a tus ojos llenos de deseo: me miraban la nariz desaliñada. Cuando tu corazón calla soy tan feliz... solo cuando calla. Normalmente tu corazón tiene lengua, una muy sincera... y borra lo que tu cuerpo escribe. Todo me hiere tanto... y eres tú quien me lastima... ya no sé. Apareces y todo mi juicio se desvanece. Soy una frágil... ¿criatura? Mis municiones caducaron, no puedo defenderme. Huir. Solo huir. De tus verdades cambiantes. De mis problemas imaginarios. De la amistad perdida. De la confianza dañada. Del autoestima caída. Del amor compartido. De la relación con engaños. De ti.
domingo, 28 de septiembre de 2008
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